Chicas mirando a chicas

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Instagram es una jungla. Un terreno virtual con estrictas normas en favor de los pudores más conservadores, que sin embargo cobija terabytes de verborrea visual con mayor o menor sentido de inmediatez. Bajo un sistema de relaciones 2.0 medido en términos de liderazgo y éxito de masas,  saber venderse se convierte en la estrategia para ascender en su jerarquía interna. Un mosaico de cuerpos expuestos con dócil disposición, luchando por cuarenta likes más y algún nuevo seguidor, aparecerán con sólo teclear #girl. El mundo de las chicas, en su aparente modosidad, en su ferocidad subrepticia, palpita dentro.

Una ventana al mundo con cristales deformados desde la que a veces se avistan cosas extraordinarias. Traspapeladas bajo todas las publicaciones de un mismo hashtag, o saltando de comentario en comentario, se encuentra una razón por la que todo esto ha sido una buena idea. Tiras de sus hilos y sin previo aviso encuentras una revolución; la representación convencional del universo femenino subvertida de la mano de una nueva generación de fotógrafas.

Son chicas que miran a otras chicas, artistas extremadamente precoces que con la cámara de su iPhone capturan a quienes están presentes en su día a día, sus amigas. Chicas como ellas que a través de su mirada, vacía de envidia y colmada de admiración, despliegan un fuerte poder magnético y un aura de misterio inaccesible. La belleza femenina pocas veces fue tan personal, tan inteligente, tan respetada, en la historia de la representación fotográfica. Nadie mejor que ellas para hablar de lo que conocen, para describirse y presentarse ante al mundo como la nueva generación de mujeres.

Convertidas en fotógrafas de moda en colaboración con grandes marcas o medios de comunicación, o en artistas multidisciplinares, su actividad en redes sociales como Instagram o Tumblr ha devenido en un correlato de la fotografía de moda profesional. Género habitual de poses forzadas, de la objetualidad de los cuerpos y la homologación de los mismos a través de procesos de retoque como el licuado. Donde antes había un solo rostro universalizado, un solo cuerpo, una sola actitud y ninguna voz, ellas han puesto subjetividad, han encontrado un nuevo ángulo, han dotado de personalidad a los maniquíes.

Chicas fumando | Fotografía de Petra Collins

Fotografía de Petra Collins

Petra F. Collins tiene 22 años y es íntima amiga de Tavi Gevinson, la editora de moda más insultantemente joven del mundo con publicación propia, Rookie Magazine. Comparten una visión de la moda distinta, el sentido común, la falta de pudor para llamarse a sí mismas feministas y voluntad de que su esfuerzo sirva para un cambio. Collins fotografía a la generación de niñas prodigio que representan a grandes rasgos la verdadera élite intelectual de la prensa de moda. Las retrata en su carácter de niñas, de chicas, en habitaciones rosadas, yuxtapone emojis de corazones, iconografía infantil de dibujos animados. Collins nos muestra que las niñas han crecido pero que los cuentos que les contaron para dormirlas no sólo siguen ahí, sino que las han hecho despertar.

Un interés especial en retratar los cuerpos, también el propio, obligándonos a mirar a lo que la representación tradicional de la mujer silencia, llevó al cierre de la cuenta de Collins por parte de Instagram por una fotografía en la que se veía su vello púbico asomar por encima de las bragas. Como protestó Collins, no se trataba de una fotografía pornográfica, no era en absoluto distinta a otras tantas que a diario saturan la red social, y no infringía ninguna norma de utilización de la misma. Collins había conseguido poner de manifiesto que lo que Instagram estaba censurando era su propio cuerpo, castigándolo por saltarse las normas básicas de belleza.

En una línea de trabajo similar la sueca Arvida Byström también fotografía su propio cuerpo de forma compulsiva. En una estética de rosas y una falsa ingenuidad, Byström se mofa de los cánones de belleza. Su vocabulario visual abraza la iconografía de lo femenino, la reivindica, demuestra que el feminismo no está en guerra con la feminidad sino que convive con otras cosas. Aceptar lo femenino como una construcción social pero no renegar de ello. A Byström también le preocupa hacer visible lo invisible. Su trabajo There will be blood hace de la menstruación el objeto protagonista mediante delicadas imágenes de la vida cotidiana y a modo de un editorial de moda, aderezándolo con su personal sentido de belleza poco complaciente con aquellas miradas que quieren siempre evitar las mismas realidades. 

Globos | Autorretrato de Arvida Byström

Autorretrato de Arvida Byström

El universo de la estadounidense Hana Haley es enigmático e inaccesible. Su nombre suena fuerte entre los editoriales y la publicidad de moda comercial con mayor sentido de modernidad. Su fotografía en formato analógico nos prueba que incluso la fotografía diario puede ser onírica, y el erotismo, inteligente.

En nuestro país estas nuevas formas de representación encuentran salida de la mano de jóvenes fotógrafas que, a menudo instaladas en la multitarea, intentan hacer de la fotografía su medio de vida sin renunciar a plasmar su visión. Y no es tarea fácil en un país donde aún en las escuelas de fotografía que pretenden ser más vanguardistas imparten una fotografía de moda que explota una visión comercial de la sexualidad de las modelos.

Lucía Alonso, conocida por su pseudónimo Pelillos de Ratón y Pati Gagarin ponen el foco en las chicas. Sus imágenes están cargadas de narrativa. Los retratos de Lucía Alonso transmiten fuertes dosis de personalidad de sus modelos, su áurea invade el cuadro. La fotografía de Gagarin sin embargo genera interrogantes, son fotogramas con final abierto.

En el campo particular de la fotografía de moda Marcela Patiño realiza editoriales a partir de la fortaleza y la rotundidad de sus modelos. Una belleza insolente, una actitud dinámica para una fotografía de moda que mira de frente a su público, lo interpela.

Adriana Roslin, por su parte, practica una fotografía casi neoclásica. La depuración de las formas, las proporciones, juegos visuales minimalistas. Una entrenada visión para los detalles de los escenarios con una inspiración habitual en elementos arquitectónicos de los mismos.

Para este artículo, preguntamos acerca de este fenómeno emergente a estas cinco jóvenes fotógrafas, protagonistas de lo que está teniendo lugar de dentro y fuera de nuestras fronteras. Ellas nos dan su visión sobre lo que está ocurriendo en Internet con la fotografía de chicas y nos explican su forma de trabajar.

Fotografía de Hana Haley

Fotografía de Hana Haley

¿Qué buscas capturar con tus fotografías cuando le haces fotos a chicas? ¿Qué crees que tu fotografía de chicas refleja?

Hana Haley: Al principio tomaba fotos a chicas para representarme a mí misma. Siempre he querido hacer autorretratos pero soy demasiado tímida, así que encontraba chicas con las que modelar cómo me sentía en ese momento. Incluso ahora, como fotógrafa de moda comercial, encuentro una significación personal en los retratos. Cada foto tiene que significar algo para mí, como mi principal vehículo de expresión. Mi objetivo es conectar y compartir.

Lucía Alonso: Suelen ser mujeres que por algún motivo me gustan, me resultan atractivas. Cuando las fotografío las busco a ellas, me centro en su forma de ser. Si una de ellas es sonriente, que sonría; si una es más seria y delante de la cámara se siente mejor así, que no abra la boca y se mantenga como quiera. El entorno en el que se trabaja ayuda mucho. Es muy interesante encontrar un lugar que encaja a la perfección con la forma de ser de alguien.

Marcela Patiño: Busco capturar la esencia, lo que la hace especial, aquello que fácilmente queda fuera de una imagen estática. Busco capturar belleza o imperfecciones, por lo general encuentro más atractivas las chicas que tienen algo especial, o rasgos que se salen de los cánones de belleza habituales y no son simplemente “chicas bonitas”.

Adriana Roslin: No persigo nada muy especial; la belleza. Lo armónico y perfecto. Por eso me encanta fotografiar a mujeres; me parecen perfectas.

Pati Gagarin: Llevar a la realidad ideas que he estado maquinando y a la vez evocar cosas (sentimientos, recuerdos, ideas) con los escenarios. Si una vez hecha la foto la miro y se me enciende una luz verde en la cabeza, lo he conseguido. El hacerle fotos a chicas nace de la disponibilidad de las modelos con las que contaba: mis amigas. Me gustaría pensar que evoco la libertad de poder hacer fotos así, con cero encorsetamiento ni necesidad de pararse a pensar en “Oh, estoy haciéndole fotos a una chica, cuidado con esto y con aquello”.

Fotografía de Lucía Alonso

Fotografía de Lucía Alonso

En tu opinión ¿es distinta la representación de la mujer cuando es también una mujer la autora? ¿Ha cambiado algo respecto a la fotografía tradicional con la forma en que jóvenes fotógrafas como Petra F. Collins están inmortalizando a las chicas de su generación?

Marcela: Lo es en un alto porcentaje pero no siempre. Es un tema de sensibilidad. Creo que la fotografía refleja la sociedad, los límites de lo socialmente aceptado son más amplios ahora, se han sumado otras perspectivas.

Lucía: Seguramente sí. La manera de mirar y la perspectiva desde donde afrontar un retrato varía con cada fotógrafo, que vuelca parte de sí mismo en ella. A mí me cuesta mucho retratar hombres. No empatizo de la misma forma, no comprendo lo que son como comprendo a una mujer. En cualquier caso, mi aproximación no es conscientemente reivindicativa: me dedico a hacer fotos. Evidentemente la fotografía ha cambiado. Es algo vivo, en constante movimiento: refleja la mutabilidad del mundo. Las mujeres de nuestra generación no son las mujeres de generaciones anteriores: lo que necesitamos decir hoy no es lo que necesitábamos ayer.

Hana: En fotografía de moda hay una enorme diferencia en la representación femenina. Veo a los hombres fotografiar su deseo sexual y a las mujeres su deseo emocional. Parece que más mujeres están siendo fotografiadas por sus personalidades y cualidades individuales antes que por ser sólo bonitas. Es muy enriquecedor centrarse en algo más humano y verdadero que tan sólo ser un pivón.

Pati: El trabajo de Petra, con ese toque underground y esa necesidad de mostrar a la mujer como realmente es, da una perspectiva completamente distinta de la feminidad donde antes se tenía una visión más comercial. Ayuda a educar las mentes, a decir no sólo existe un tipo de chica.

Adriana: Estas chicas nos han influenciado mucho. Ahora se busca más lo que antes ni se pensaba. Un sobaco peludo, una chica o un chico raro, granos en la cara, rojeces… Todas estas cosas se están aceptando en moda y esto me provoca mucha satisfacción; demuestra que se puede capturar y publicar lo que sea siempre y cuando sea inteligente.

Fotografía de Pati Gagarin

Fotografía de Pati Gagarin

¿Crees que la fotografía puede ser una herramienta para la reivindicación o el cambio social? ¿Puede serlo también la fotografía de moda?

Adriana: Encuentro en Instagram muchas cuentas interesantes de gente que se muestra sin miedo frente al espejo en su día a día. Precisamente la fotografía de moda ha tenido mucho que ver en esto por ser en la que más se ha podido expresar artísticamente; es el ámbito en el que todo vale. En los 70, 80 y 90 los fotógrafos experimentaron mucho creando escenarios absurdos, imágenes chocantes, poses extrañas… El desnudo se convirtió en algo recurrente. Esto hizo que la fotografía de moda cambiase por completo. Hoy en día disfruto mucho haciendo lo que hago porque no tengo límites. Puedes hacer lo que quieras. La gente ha cambiado junto con la moda y así será siempre.

Pati: Todo lo que conlleve interactuar con un público ayuda a generar y defender ideas. Quizá la fotografía es un medio más lento, porque aunque es algo muy visual y captas el mensaje rápido, no puedes llegar a todo el mundo en el mismo momento.

Marcela: Una imagen perdura en el tiempo, causa más impacto que un texto. Creo que es una de las mejores herramientas para reivindicación y el cambio social.

Hana: Ahora es uno de los medios más poderosos. Puedes decir mucho con una imagen, pero tiene que ser una apuesta. Hay muchos fotógrafos haciendo fotos bonitas sin decir nada más. Yo quiero que la fotografía de moda haga a las mujeres sentirse increíblemente bien consigo mismas, no que les haga pensar que necesitan pasar hambre y tener la piel blanca para ser bonitas. Quiero que todo el mundo esté incluido en la fotografía de moda.

Lucía: La imagen es hoy una herramienta potentísima para el cambio. Las redes sociales son imagen pura y dura, también lo es la política, la moda, la publicidad, también la educación. La fotografía de moda ha servido para la imposición de cánones restrictivos, así que puede ser la herramienta idónea para el cambio. Debemos desaprender y reaprender la belleza, redefinirla. Se abren espacios por explorar absolutamente excitantes que hemos de aprovechar. Es más, es nuestra responsabilidad.

Fotografía de Adriana Roselin

Fotografía de Adriana Roslin

¿Podrías compartir con nosotros una idea o una referencia que tengas o hayas tenido presente a la hora de llevar a cabo tu trabajo?

Lucía: uno de mis fotógrafos favoritos es Peter Lindbergh. Recuerdo que le descubrí por casualidad, hace años, y sus retratos, sus encuadres, su blanco y negro, sus fotos movidas, su forma de acercarse a las actrices y a las modelos, me pareció que rompía todas las barreras de la fotografía de moda. El cine de Wim Wenders, sus ciudades, su melancolía, el de Kaurismäki. También leo muchísima poesía. Me proporciona imágenes mentales muchísimo más rápidas y claras. al final, muchísimas pequeñas cosas son las que son referencias para mí, mi vida y mi trabajo.

Pati: ¡Muchas! Y encima voy cambiando cada poco. Encuentro inspiradora a Tamara Lichtenstein, los retratos de Emily Blincoe, el diario de Alba Yruela, Martina Matencio, Lara Alegre, Nirrimi Hakanson. Me obsesiono mucho con los colores y la simetría y ya sabemos que el rey indiscutible de todo esto es Wes Anderson.

Adriana: Siempre me he fijado en el estilo de vida nórdico; todo muy depurado, formas geométricas, simplicidad… Busco siempre lo geométrico; si una foto tiene las líneas en su sitio y el cuerpo de la modelo, la ropa y el espacio siguen ese «flow», me provoca mucho placer visual. Así que como referencia podría citar a Joe Gaffney en una campaña que hizo en el 79 para Thierry Mugler. Muy depurado y moderno.

Hana: Encuentro en las películas mi mayor inspiración. Vértigo, Labyrinth y Las vírgenes suicidas son mi top 3. La idea de crear atmósferas completas, mundos, personajes y diálogos es tan compleja e inspiradora. Cuando me aburro de mi trabajo o siento que no significa algo vuelvo a ver una de mis películas favoritas y recuerdo que hay muchísimo que mi imaginación tiene aún por hacer.

Marcela: Hay fotógrafos que me inspiran bastante. Guy Bourdin, Paoulo Roversi, Helmut Newton, Peter Lindbergh. Al margen de la moda Cartier-Bresson. En cine León el profesional, Pulp Fiction, La Naranja Mecánica, Odisea en el Espacio, Blade Runner, Amélie, Into the Wild, Her… son algunas de las películas que me gustan. La música es vital. De Radiohead, Joy Division, hasta FM Bellfast entre otros.

marcela

Fotografía de Marcela Patiño

 Fotografía de portada: La ilustradora Laura Agustí, por Lucía Alonso

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