Recuerdo un profesor de facultad especialmente vivo que comentaba, para asombro de sus alumnos, que Internet era el último gran medio de masas. Como tal, supondría solo una mezcla del resto de medios tradicionales, un reflejo de la prensa escrita, radio y televisión, que nunca llegaría a componer un lenguaje novedoso e inseparable de su formato virtual. Tomemos esta revista como ejemplo. No nos sorprendería encontrar a Harlan Magazine en el quiosco entre The New Yorker y el Muy Interesante. Su edición online es resultado de la falta de presupuesto, pero defiende textos de dos mil palabras y en cuanto a contenido no prodiga artículos sobre selfies o Ice Bucket Challenges; tampoco entrevista a Youtubers, ni publica gameplays o troleadas en Chat Roullete.
¿Qué pueden hacer los editores de hoy para que no los llamen antiguos? Ultimamente se repite como un mantra eso de que los visitantes de una web tienden a no leer los textos largos, sino que apenas recorren con la mirada la pantalla del ordenador; haciendo eso que los expertos llaman «lectura scan». Por tanto, no debemos acumular demasiados conceptos al escribir, es mejor dividir una idea por cada bloque de texto y así la organización de contenidos ayudará a asimilar mejor la información. Si cada párrafo de tu web muestra solo un argumento, estos serán más fáciles de comprender por los usuarios. Esto ya lo hemos escuchado antes formulado así: «piensa en el lector, no en ti», y suena muy mass media.
Obviamente tiene además la ventaja de poder echar la culpa al público de no prestar atención a los textos más elaborados, y por ello, ofrecerles cosas de más fácil digestión y producción. Hemos llegado a un punto en el que es imposible imaginar una página de información sin inventarios del estilo «13 frases del pop español que nunca debieron existir». Las listas ya se han convertido en uno de los géneros favoritos de la parcela de Internet que hemos asimilado las revistas culturales. ¿Son las listas la mejor expresión de un lenguaje web puro?
De momento a los redactores nos resulta muy cómodo el formato fragmentado porque no necesita estructura apenas, ni una conclusión final. Basicamente tu artículo no necesita tener sentido en absoluto, y esto que estás leyendo es un buen ejemplo. La lista disimula y siempre funciona. Hay muchos contenidos compitiendo por nuestra atención en internet y las listas nos sirven de guía. Al igual que el menú de un restaurante, están muy emparentadas con esa tendencia humana al orden, a la belleza, al patrón…
Así que no puedo terminar esta entrada de otra forma que ofreciendo mi Top 10 de listas sobre las mejores listas que podeis encontrar en internet. Que la disfruten.
1. Los cien artículos de Wikipedia más editados
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2. La lista de enemigos de Richard Nixon
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3. Los artículos más raros de Wikipedia
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4. La biblioteca personal de Jorge Luis Borges
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5. Las 31 cosas más innecesarias de todos los tiempos
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8. Las 10 mejores canciones sobre la muerte – High Fidelity
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9. La lista de la compra – La Cabra Mecánica
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