Las ruinas de un pasado cercano. «Naturaleza muerta» de Jia Zhang-ke

large_the_world_blu-ray_6xCuando el director Zhang Yuan estrena su película Mama a principios de la década de los 90 instaura la llamada Sexta Generación del cine chino. Estos nuevos cineastas orientan su trabajo al público joven que es aún el que sigue mostrando interés en asistir a las salas cinematográficas y se dividen en dos grandes grupos. Mientras que el primero se limita a realizar cine comercial de entretenimiento, el segundo, siguiendo la estela dejada por la Quinta Generación, tiene mayores aspiraciones artísticas y culturales, además de una necesaria actitud crítica ante la situación actual en China. Entre los artistas de este segundo encontramos creadores que comenzaron su carrera en la Quinta Generación y prosiguieron en la Sexta, como Zhang Yimou (con obras tan conocidas como Sorgo rojo o Semilla de crisantemo), Chen Kaige (Adiós a mi concubina) o Tian Zhuangzhuang (La cometa azul), además de nuevos directores entre los que se cuentan el documentalista Wang Bing (Al oeste de los raíles) o Wang Xiaoshuai (La bicicleta de Pekín). Pero con seguridad, el director más reconocido y laureado de todos ellos en las últimas décadas es Jia Zhang-ke.

El director ha esgrimido a lo largo de toda su filmografía una potente crítica contra el gobierno chino y el abandono de ciertos ideales de igualdad que debería conllevar el comunismo, pero siempre manteniendo la forma y la calidad artística. La gran mayoría de sus obras versan acerca de la destrucción del individuo a causa de la sociedad y el entorno en el cuál se emplaza, el vacío existencial que sufre y las repercusiones que experimenta en sus propias relaciones personales, llegando a convertirse en un personaje incapaz de construir un núcleo familiar. Su película más conocida y representativa fue la que le catapultó definitivamente al panorama cinematográfico internacional una vez ganó el León de Oro en Venecia en 2006, la potente y hermosa Naturaleza muerta. Cuando la presa de las Tres Gargantas fue construida, entre los extensos terrenos que resultaron anegados como consecuencia se encontraba la pequeña aldea de Fengjie, que acabó completamente arrasada por el desastre. A las ruinas del pueblo llega un hombre, Sanming, que, tras dieciséis años sin verlas, busca a su mujer y a su hija, y por otro lado Shen Hong, que espera encontrarse con su marido para pedirle el divorcio.

La crítica a la China contemporánea resulta patente y constante a lo largo de toda la cinta: el avance técnico que representa la gigantesca presa y cómo ésta avasalla sin ningún tipo de clemencia toda la cultura tradicional de la tierra que está usurpando, los ruinosos restos del pueblo que es lo único que queda de su antiguo país, o como Sanming y sus compañeros utilizan los dibujos de los billetes para indicar de dónde proviene cada uno. Todo esto es un ataque constante a la creciente importancia que se le da a los bienes materiales y al dinero en un país supuestamente comunista. A principio de los años 90 la represión ejercida por el gobierno chino fue menos estricta, permitiendo el movimiento de películas tan transgresoras como La linterna roja o Adiós a mi concubina, pero en los últimos años las medidas se han extremado; conocido es el caso del artista Ai Weiwei, retenido por el gobierno durante casi dos meses en los cuáles se estima que fue amenazado e incluso agredido duramente. Naturaleza muerta fue objeto de estas restricciones, la distribución que tuvo la cinta fue realmente deficiente, pocas salas y en los peores horarios posibles, pero la venta de la edición en DVD tuvo gran éxito con más de 600.000 copias. El film posee una sutil, pero a la vez contundente, crítica a la sociedad china actual, un incómodo y desagradable ataque a un gobierno represivo que coarta la libertad de expresión de sus ciudadanos, pero no se queda ahí, es mucho más.

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Sobre la totalidad del film se extiende una capa de irrealidad constante, debido en gran parte a la crudeza e inmediatez de las imágenes, junto con la impresionante majestuosidad del escenario de la construcción. Cuando el director llegó a la presa de las Tres Gargantas experimentó que todo aquello que le rodeaba no era completamente real, una extraña sensación que plasma en su obra. En tres ocasiones en concreto, esa irrealidad cobra protagonismo absoluto en la pantalla, cuestionando la veracidad de lo que se visibiliza en pantalla: el paseo de los «fumigadores» que se muestran como si fueran astronautas recién llegados a un planeta deshabitado, el platillo volante que sirve como única conexión entre las dos historias, y el despegue del extraño edificio, que refleja el deseo de huida de Shen Hong. Lo irreal es un elemento recurrente dentro de la filmografía del director, en The World el Beijing World Park reúne en un mismo parque los edificios y monumentos más representativos de todo el mundo en una suerte de pastiche hortera, un producto adulterado y falso característico de la globalización. De la misma forma, en A Touch of Sin la influencia que el entorno ejerce sobre el individuo también guarda cierta irrealidad, como si de un ente inmaterial que trata de coaccionar a los personajes se tratase, arrastrándoles a la violencia y a la venganza. Esta sensación que desprende gran parte de las obras del director chino guarda estrecha relación con otro elemento que se mantiene muy presente en su cine: la leve diferencia existente entre la ficción y la realidad documental.

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Viajando con el pintor Liu Xiaodong para realizar el documental Dong sobre su vida y obra, Jia Zhang-ke llegó a los restos de Fengjie, que de inmediato le inspiraron la película de ficción Naturaleza muerta. El propio director asegura que muchas imágenes las grabó sin saber exactamente en cuál de las dos obras terminarían, y que algunas incluso se repiten en ambas. Los límites existentes entre realidad y ficción se desdibujan en el cine del director chino, y uno de los mejores ejemplos de ello es Ciudad 24, que el autor describió como un documental puro, aunque esto no es del todo cierto ya que varios de los afectados que dan testimonios en esta cinta no son más que actores siguiendo un guión. Al igual que Naturaleza muerta, Unknown Pleasures surgió a raíz de un documental realizado con anterioridad, In Public, y The World nace teniendo como base el escenario real del Beijing World Park, al igual que para la película que nos ocupa es la presa de las Tres Gargantas. A todo esto se une la estética que el digital otorga a sus producciones, una imagen más directa, cruda y cercana que fomenta aún más su faceta documental. Muchos son los directores que han abrazado las bondades que el digital les aporta, desde David Lynch, en busca de una textura de imagen en concreta en Inland Empire, hasta Michael Mann, por la gran sensibilidad del soporte que le permite plasmar una nueva visión de la noche de Los Ángeles en Collateral. A Jia Zhang-ke le permite una mayor maniobrabilidad en su trabajo, puede grabar sin necesidad de cargar con gran cantidad de equipo; muchos de sus actores que no son profesionales se sienten menos intimidados de esta forma, y principalmente le permite grabar una cantidad ingente de metraje sin las restricciones que conlleva el analógico. De esta forma tenía la posibilidad de captar mucho más de lo que acabaría utilizando, dejándole mucha mayor libertad a la hora de realizar el montaje definitivo.

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La incomunicación es una característica intrínseca a la sociedad actual, las grandes tecnologías que deberían facilitarnos el diálogo no hacen más que entorpecerlo mediante una clásica sobrecarga de información que colapsa al individuo y obstaculiza las relaciones interpersonales directas. Teniendo en cuenta la imagen generalizada que se tiene de China como país altamente desarrollado a nivel tecnológico, esta idea de la incomunicación podría tener aún mayor vigencia en él. Así se muestra en The World, las relaciones humanas se deterioran y el control a través del teléfono móvil no hace más que generar mayor desconfianza. Pero este elemento también se mantiene en Naturaleza muerta, en la que cobra protagonismo la China rural, pobre y más subdesarrollada. Los dos núcleos familiares del film están destruidos, Sanming lleva dieciséis años sin ver a su familia y Shen Hong va a pedir a su marido el divorcio, así las parejas no tienen futuro, se deterioran en la distancia hasta terminar por desaparecer. Los dos personajes jamás llegan a encontrarse entre sí, son dos historias que se desarrollan en paralelo sin entrelazarse en ningún momento, la distancia y el aislamiento de los personajes alcanza hasta ese punto. Aunque los dos llegan a entablar cierta amistad con habitantes del pueblo no son muy habladores, sino reservados, se muestran ante todo distantes y reservados. Una de las escenas más emotivas de la cinta, el diálogo de Shen Hong con su marido, sirve para ilustrar y resumir este elemento dentro de Naturaleza muerta: al reencontrarse ante la gigantesca presa el matrimonio es incapaz de comunicarse, por lo que compartirán un melancólico y triste baile antes de terminar con su relación definitivamente, una última concesión a todos los recuerdos que atesoran juntos.

Naturaleza muerta es la obra más perfecta de su realizador. El escenario evoca la desolación y la pérdida, el olvido de una China rural ignorada y denostada por un gobierno férreo y controlador. De las relaciones de pareja no queda más que las ruinas de lo una vez fueron, arrasadas por el avance imparable de una sociedad egoísta y enferma de incomunicación, a los dos protagonistas no les queda más que el recuerdo, la melancólica aflicción al rememorar lo perdido mucho tiempo atrás. La fusión entre el entorno y el drama humano es perfecta, una compenetración absoluta que se retroalimenta mutuamente, la desolación causada por la horrible construcción y que tanto Sanming como Shen Hong experimentan al tener que enfrentarse una vez más con aquellos a los que han querido pero que ya han perdido hace mucho. El film de Jia Zhang-ke es hermoso en su forma y sus imágenes, crítico en su propuesta y emocionante con sus personajes, la obra magna de uno de los directores más notables del panorama actual chino.

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