Valoración por equipos del Tour de France 2013.
Sky Procycling. El conjunto británico se marcha a casa con un segundo amarillo consecutivo. En esta edición no ha mostrado la solidez y superioridad del equipo que ganó la ronda gala el año pasado, pero la debilidad como bloque fue compensada por la superioridad de su líder Chris Froome. Nadie pudo luchar en igual de condiciones con el británico. Froome se mostró intratable en la contrarreloj y demostró ser el mejor –o por lo menos el más regular- en la montaña. Tan solo dio síntomas de flaqueza en las últimas etapas de los Alpes. En su conjunto, el equipo dirigido por David Braidford, no estuvo a la altura. Siempre se espera que el equipo del líder controle la carrera y marque el ritmo del pelotón, sin embargo la realidad nos mostró a un bloque bastante débil ante las pocas dificultades que se le plantearon. Los abandonos de Kiryenka, al principio, y Boason Hagen, en el ecuador de carrera, dejaron al equipo muy tocado. Tan solo el australiano Porte estuvo cerca de Froome en los momentos más delicados y merece un sobresaliente en su papel de gregario. Otros miembros de la formación como David López o Stannard demostraron no estar en su mejor nivel. De camino a Paris, Froome además de consolidar su maillot amarillo cosechó tres triunfos. El británico ganó en las llegadas en alto de Ax3 Domaines y en el mítico Mont Ventoux, y redondeó el triple con un crono individual.
Un Chris Froome feliz, foto publicada por The Guardian.
Cannondale. Peter Sagan cumplió con sus objetivos. El eslovaco consiguió una victoria de etapa y su enfundó en Paris el maillot verde. Sagan superó con cierta facilidad en la clasificación de la regularidad a corredores como Cavendish, Kittel o Greipel. Ya en la primera semana de competición todo apuntaba a que no habría pelea por el jersey verde. En líneas generales, la carrera relevó a un segundo plano a un equipo sin alternativas más allá del extrovertido y carismático Peter Sagan. La juventud de la formación quizás pesó demasiado en una carrera de tanto nivel. Por destacar a alguien, solo el italiano Moreno Moser buscó el protagonismo en la montaña con más espíritu que fuerzas.
LottoBelisol. Camino de Montpellier la formación belga contempló cómo sus aspiraciones en la clasificación general se diluían con la caída de su hombre fuerte, Van den Broeck. De esta manera, el equipo quedó huérfano de líder antes de la llegada de la montaña y su protagonismo se relegó a las llegadas masivas donde Greipel era una apuesta de garantías. El mismo día del abandono de su compañero, el alemán consiguió el único triunfo de su equipo en esta edición del Tour, y maquilló con su victoria la significativa perdida de un corredor que podría haber estado en el top ten. Pese a conseguir un etapa, Greipel tuvo que sufrir –junto al resto de «sprinters»- la superioridad de su compatriota Kittel.
BMC Racing Team. Pobre Tour para un equipo con su presupuesto y entidad. El equipo americano presentó un bloque que giraba en torno a dos líderes, Evans y Van Garderen, si bien ningún acabó triunfando. Cadel Evans demostró que los mejores años ya pasaron por sus piernas. Poco tiene que ver con aquel ciclista que ganó el Tour en 2011. El australiano no estuvo fino contra el crono, donde en otro tiempo era un especialista, y sufrió demasiado en la montaña. Esta vez, su experiencia y veteranía no sirvieron para aguantar con los mejores. La misma suerte corrió su compañero Tejay Van Garderen. El americano no estuvo a la altura de las expectativas que lo sitúan como un valor emergente. En su intento por conseguir una etapa estuvo cerca de acariciar la gloria en las laderas del Alpe D’huez pero sucumbió a un kilómetro de meta. Entre sus compañeros, solo Gilbert y Burghardt dieron presencia al equipo en las escapadas y en los finales con repechos. Al final, se marchan con sus vitrinas en blanco.
Carl Evans y Alberto Contador, foto publicada por ESPN.
RadioShack Leopard. Si Andy Schleck hubiera estado en plena forma, este equipo podría haber dado mucha guerra. Esta afirmación no deja de ser una suposición pero encierra parte de verdad al comprobar que en este bloque se encontraban corredores como Gallopin, Zubeldia, Monfort, Voigt o Kloden. Sin embargo, las cosas no salieron a pedir de boca para el equipo luxemburgués. Su líder, Andy, no demostró estar fino, algo que no sorprendió a la vista de sus discretas actuaciones en la temporada primaveral y sus compañeros se contagiaron en parte de la impotencia y resignación de su jefe de filas. Este panorama, lo maquilló Jan Bakelants, con un inesperado triunfo casi de salida, en Córcega. Su victoria le permitió portar el maillot amarillo durante un día y a la postre salvó la actuación de Leopard en esta edición de la ronda gala. Ni Zubeldia ni Monfort tuvieron piernas para estar delante y corredores como Voigt o Kloden apuntan a la retirada.
Europcar. El equipo francés, siguiendo la tónica de años atrás, presentó un equipo bastante combativo -aunque es cierto que este año toca renovar el patrocinio y tenían que dejarse ver- en todos los terrenos. De salida buscó las fugas en el terreno quebrado de Córcega pero también tuvo presencia en el llano y sobre todo en las escapadas de la montaña. Pierre Rolland se erigió como el corredor más destacado, disputando el maillot de la montaña hasta el final. El joven francés buscó el protagonismo que no tuvo su compañero y compatriota Voeckler, circunstancia que perjudicó bastante al bloque galo. Pese a sus intentos se marcharon sin triunfos y con algún que otro enemigo, Movistar criticó duramente su contribución en apariencia desinteresada a aumentar la distancia entre Valverde y el pelotón el día que el murciano tuvo la avería y perdió todas sus opciones de podio.
Astana Pro Team. En una valoración, el fracaso parece mayor cuando vienes de conseguir un gran triunfo. Al conjunto kazajo le ocurrió esto en la presente edición del Tour. El equipo consiguió conquistar el Giro de Italia gracias a una gran actuación del italiano Vicenzo Nibali y esperaba redondear con algún triunfo en la ronda gala una temporada de notable. Sin embargo, sus propósitos pronto se torcieron con una acumulación de caídas y posteriores abandonos entre sus corredores más destacados. Los primeros en retirarse fueron Kashechkin y Kessiakoff y después para colmo de males tuvo que dejar la carrera el teórico líder de la formación, el esloveno Brajkovic. Estos tres abandonos redujeron prácticamente a cero las posibilidades de conseguir una etapa. Al final, el meritorio séptimo puesto en la general de Fuglsang sostuvo la discreta participación del bloque kazajo.
FDJ.FR. El bloque francés esperaba repetir la gran actuación del año pasado donde un desconocido Thibaut Pinot consiguió llevarse una etapa y colarse en el décimo puesto de la clasificación general con tan solo 22 años pero en el centenario de la ronda gala no pudieron ni acercarse a estos logros. Pinot, aclamado como la gran promesa del ciclismo francés, llegaba a Córcega rodeado de gran expectación después de ser cuarto en la Vuelta a Suiza, pero sufrió mucho en los Pirineos donde perdió una minutada y finalmente acabó abandonando la carrera por problemas derivados de una angina. La baja fue mortal para un equipo modesto cuyas aspiraciones estaban asociadas al buen estado de su emergente estrella. Esta retirada se sumó al abandono del velocista de la escuadra francesa Bouhanni en los primeros días tras verse envuelto en una caída. Con sus referentes en casa, solo el campeón de Francia, Vichot, y su compañero Jeannesson dieron presencia en carrera a la formación gala.
Ag2r La Mondiale. La escuadra francesa consiguió un triunfo de un gran valor simbólico. En la edición del centenario, el veterano Christophe Riblon rodeado de su público se coronó en la cima de una montaña legendaria no solo para el Tour sino también para el ciclismo mundial. El francés realizó un subida impecable sobre las veintiuna curvas del Alpe D’Huez y a falta de un kilómetro de meta rebasó a Van Garderen que se quedó a un paso de saborear la gloria. Un privilegio reservado en esta ocasión para Riblon. Esta victoria no pudo ser completada con un buen puesto en la clasificación general ya que el líder del equipo, Jean Christophe Peraud, sufrió un caída doble en la última contrarreloj donde se fractura la clavícula. Este percance le privó de un probable puesto en el Topten. En las fugas, el Ag2r estuvo bastante presente con corredores como Gadret, Dumoulin o Dupont.
Team Saxo-Tinkoff. El objetivo del equipo danés era ganar el Tour de Francia. Una ronda especial ya que este año se cumplía el centenario de su nacimiento. Su director Bjarne Riis elaboró un equipo todoterreno con rodadores para las etapas llanas y expertos escaladores para la montaña. Todos ellos, liderados por Alberto Contador. Entre los designados, corredores de la entidad de Rogers, Bennati, Tosatto, Roche o Kreuziguer. Este último, con el paso de las etapas, demostró ser un gran apoyo. Y es que, la carrera se fue complicando poco a poco. Los primeros síntomas de flaqueza aparecieron en los Pirineos donde el madrileño mostró no estar a la altura de los ataques de Froome. Luego, con un equipo organizado se intentaron ataques sorpresa tanto en el llano como en la montaña en busca del liderato que no variaron demasiado las diferencias y finalmente, en los Alpes tanto Contador como su fiel gregario Kreuziguer se despidieron del podio de París. Una sucesión de hechos que demostró como las alegres aspiraciones iniciales se transformaron en metas más realistas a medida que las piernas de Alberto perdían fuelle. Sin duda, una edición que supone un fracaso para un bloque orquestado para ganar la carrera y que se marcha sin podio -Contador acabó cuarto y Kreuziguer quinto-, sin victoria de etapa y con el leve consuelo de la clasificación por equipos.
Alberto Contador entrenando en Porto-Vecchio, Córcega, desde donde comenzaría el Tour. Fotografía de Joel Saget/AFP/Getty Images.
Kathusa Team. El equipo ruso se marcha del Tour con el objetivo cumplido al conseguir el tercer puesto en la clasificación general de la mano de Joaquim Rodríguez. El catalán siguió una progresión ascendente que le permitió alcanzar las etapas alpinas con plenas garantías. A pesar de no estar con los mejores en los Pirineos su rendimiento se incrementó tras la segunda contrarreloj donde el tercer mejor tiempo supuso una inyección de moral. Este resultado supone un éxito personal para Joaquim que logra subir al podio en las tres grandes -Giro, Tour y Vuelta- y además es un triunfo para la formación rusa que al principio de la temporada estaba pendiente de una acreditación UciProTour que le permitiera estar en el circuito mundial. Una pieza fundamental en el triunfo del catalán fue su compañero Dani Moreno que se mantuvo espléndido en su papel de escudero. Es verdad que la victoria de etapa se escapó pero la presencia del equipo en la parte final y el podio de ‘Purito’, dejaron un buen sabor de boca en la plantilla.
Euskastel-Euskadi. El equipo vasco atraviesa una temporada complicada debido a los negros nubarrones que se ciernen sobre su futuro inmediato. Con la continuidad del patrocinador en entredicho, los corredores necesitan triunfos pero las fuerzas y la suerte no acompañan a los naranjas. Este panorama alcanzó su máxima expresión en este Tour. Sin la presencia de Samuel Sánchez, la formación presentó un equipo luchador con corredores como Astarloza, Nieve o Igor Antón que se mostraron activos en la montaña aunque siempre con pocas opciones de conseguir una victoria de etapa. El mejor representante del equipo fue Mikel Nieve que destacó en la subida a Alpe D’huez con una ascensión brillante. Además consiguió es misma etapa vestir el maillot de la montaña tras su presencia en la escapada del día. En líneas generales más que discreta la actuación de una formación con grandes ciclistas pero con pocos puntos en la clasificación UciProTour.
Cofidis. El Tour es la cita más importante del año para la formación francesa. El modesto equipo corre en casa ante su público y la carrera gala siempre se presenta como el escaparate perfecto para conseguir codearse con equipos de primer nivel e intentar rascar un triunfo que de llegar justifica media temporada. Rein Taaramae se presentó como una apuesta de garantías -a la vista de su rendimiento otros años- para lograr una plaza entre los mejores de la clasificación general sin embargo, el estonio desde el inicio de la carrera no cumplió con las expectativas. Esta decepción temprana cedió todo el protagonismo al español Dani Navarro que consiguió un más que meritorio noveno puesto en la tabla gracias a dos fugas. Finalmente, la entrada en el Topten sirvió de consuelo para un equipo valiente y atrevido que se vuelve a marchar otro año más con las manos vacías.
Movistar Team. La formación española se marchó sin la clasificación general por equipos pero demostró durante las tres semanas de carrera su fortaleza como bloque. El conjunto tuvo que recomponerse después del incidente que privó a Valverde de alcanzar el podio. El murciano presentó por primera vez una candidatura seria para estar en el cajón de París sin embargo en una etapa marcada por los abanicos y la tensión sufrió un percance mecánico que le hizo entrar a diez minutos de los corredores de la general. En su intento de ayudar a Valverde casi todo el equipo acabó cediendo un tiempo importante. De esta debacle surgió la figura de Quintana, un novato con tan solo 23 años que acabó dando grandes alegrías a la escuadra española. El colombiano demostró tener un porvenir muy prometedor y fue el único que plantó cara a Froome en las etapas alpinas. Entres sus logros se encuentra ganar los maillots de la montaña y de mejor joven, conseguir la victoria en la última etapa con final en alto y alzarse a la segunda posición del podio de Paris. El palmarés personal de Quintana remata de manera espléndida la gran actuación de su compañero Rui Costa que consiguió dos triunfos de etapa en escapadas donde se mostró muy superior a sus acompañantes. De esta forma, se podría calificar la actuación de la formación de Arrieta de sobresaliente. Restando la avería de Valverde, el conjunto español se marchó con los deberes cumplidos y con la sensación de ser los más fuertes.
Lampre-Merida. Más que discreto el papel de la escuadra italiana en el centenario del Tour. Damiano Cunego decepcionó en su papel de líder con una versión gris y borrosa de aquel corredor que ganó el Giro de Italia. La realidad es que el italiano no atraviesa sus mejores años como profesional. Ya no sorprende a casi nadie que Cunego aparezca en posiciones alejadas del Top ten. El propio corredor demuestra una reconversión en busca de victorias parciales que le permitan momentos de gloria. Sin el italiano en forma, el resto del equipo tampoco ofreció demasiadas alternativas. Solo José Serpa puso algo de presencia en la montaña. El polaco Niemiec también realizó una actuación nefasta para las esperanzas puesta en él. A grandes rasgos, pobre bagaje menos presencia en carrera de un equipo carente de un líder sólido.
Omega Pharma-QuickStep. Sin líder concreto, pero con un elenco de ciclistas de un nivel increíble. El equipo belga se marchó con cuatro victorias de etapa en la maleta, una cifra que demuestra la calidad de esta formación. Mark Cavendish tras dos triunfos al sprint ya es el segundo corredor con más victorias parciales en el Tour de Francia solo superado por el mito Mercx. El británico pese a sus éxitos acabó eclipsado por Kittel que demostró ser el mejor esprínter. Otro que no falló en su especialidad fue el Tony Martin. El alemán realizó una crono brillante con el monte Saint Michel como testigo y no dio opción a sus rivales. Ni siquiera Froome mejoró su registro. El póker lo completó contra todo pronóstico Trentin en el sprint de una fuga que triunfo con el permiso del pelotón. Junto a estos triunfos, el transcurso de la carrera hizo patente la evolución de un corredor con un futuro prometedor. El polaco Kwiatkowski demostró ser un ciclista muy polivalente y versátil tanto en el llano como en la montaña. Con estos resultados poco se puede cuestionar a la formación belga que redondeó un Tour del centenario casi perfecto.
Belkin Pro Cycling. Aunque se van sin ganar fueron parte activa del desenlace final de la carrera. El conjunto holandés estuvo muy cercar de saborear el podio final pero la tercera semana de competición se hizo demasiado larga. Mollema se convirtió en líder tras mostrar una buena condición física en los Pirineos mientras que corredores como Boom o Gesink quedaron relegados a un segundo plano. El conjunto utilizó la avería de Valverde para eliminar de forma efectiva un rival directo en la lucha por entrar en el podio. A esas alturas, Mollema y Ten Dam estaban entre los cinco mejores de la carrera contra todo pronóstico. Finalmente, la entrada en escena de corredores como Quintana o ‘Purito’ relegaron a la sexta posición a un Mollema que notó las piernas pesadas en la recta final de la ronda gala. El bloque acabó más pendiente de intentar meter al joven holandés en podio que de buscar una victoria que no llegó.
Garmin-Sharp. Una formación bastante completa al estilo del Omega con mucha calidad en su nueve pero que no tuvo tanta suerte con las victorias. El ganador del Giro el año pasado Ryder Hesdejal se presentó en la ronda gala con el objetivo de dar la sorpresa. Aunque el canadiense no es un corredor para carreras de tres semanas la experiencia en el Giro demostró que puede ganar una grande. En esta ocasión, eso no sucedió. La gran actuación corrió por parte de Daniel Martin que está realizando una temporada de ensueño y lo demostró con una victoria etapa en el centenario del Tour. El irlandés dio presencia en carrera al equipo americano. En la general, una grata sorpresa fue encontrar en el décimo puesto a Talansky que sin hacer mucho ruido se coló en el Top ten. El bajón de Hesdejal estuvo acompañado de actuaciones discretas de veteranos como Millar o Vandevelde, quizás la última temporada de ambos como ciclistas profesionales.
El neozelandés Jack Bauer, de Garmin-Sharp, abandona el Tour tras una mala caída. Fotografía: EPA
Orica GreenEdge. El equipo australiano siempre cumple sus objetivos. En la primera semana, Gerrans ganó una etapa en Córcega y ya en el continente el bloque se llevo al contrarreloj por equipos en el paseo de los ingleses de Niza. Tanto Gerrans como Impey -primer africano- vistieron el maillot amarillo. En siete días, la formación justificó su presencia en el Tour. Después, se dedicaron a vivir de las rentas sin casi mostrarse salvo en alguna fuga. En la montaña apareció tímidamente Simon Clarke aunque con más compromiso y espíritu que fuerzas. Los pronósticos preveían un poco más presencia de corredores como O’Grady todo un veterano en cuanto a participaciones en la ronda gala o Albasini, corredor batallador y guerrero con capacidad para sacrificarse en escapadas y finales complejos. Al final, sin casi despeinarse completan un Tour de notable.
Team Argos-Shimano. Su presencia queda explicada con las cuatro victorias en llegadas al sprint de Marcel Kittel. La actuación del alemán sorprendió a todo el mundo ya que las victorias de Greipel y Cavendish -sus principales rivales- al inicio de la temporada presagiaban un duelo entre ambos velocistas. Kittel demostró por potencia y colocación ser el mejor en los sprint con el mérito añadido de no contar con un tren de lanzadores potente algo que si tuvieron sus rivales. Las cuatro victorias del alemán no solo son un el broche perfecto para un equipo modesto sino también redondea la temporada por su importancia. El otro velocista de la formación Degenkolb que cazó un triunfo en el Giro no tuvo suerte en el centenario de la ronda gala y quedó eclipsado por la figura de su compañero.
Vacansoleil-DCM y Sojasun. Ambos equipos pasaron sin pena ni gloria por la carrera centenaria. En Vancansoleil no sirvió de mucho la presencia en fugas de Flecha que disfrutó probablemente de su último Tour. Ninguno de sus líderes consiguió triunfar un buen ejemplo fue la pobre actuación de Thomas De Gent. El belga no ando fino ni en la montaña ni en el llano. Por su parte, Sojasun estuvo cerca de conseguir la machada en Lyon pero Simon se quedó con la miel en los labios. Su mayor logro es mantener el bloque completo durante las tres semanas de carrera.
Fotografía de portada: AFP\Getty
Texto de Benjamín Carrasco